[ Quinta Normal ]

Las ideas “modernistas” del siglo XIX tienen un fuerte impacto en la ciudad de Santiago. Nuevas necesidades, modas y gustos modifican el paisaje urbano de manera veloz y sumamente drástica. Chile por esos años pasa por un proceso de estabilidad económica y la elite puede darse grandes lujos. Los ojos de todo el mundo están puestos en Francia, modelo de inspiración para la oligarquía, tanto en la arquitectura y vestimenta, como en el ocio y diversión. En función de estas nuevas necesidades, el Estado Chileno adquiere los terrenos de la familia Portales en el sector de Chuchunco, entrada poniente a la ciudad, con el fin de urbanizarlos. De este inmenso territorio, 130 hectáreas fueron destinadas a un centro de experimentación y estudio agrícola en lo que hoy es conocido como el Parque Quinta Normal. Este paseo tiene un nombre compuesto por “Quinta”, voz española que se usaba para designar los fundos durante la colonia y que pagaban una quinta parte de sus ganancias en impuestos; y “normal”, en relación a la Escuela Normal de París, que más allá del gusto por lo afrancesado da cuenta de la verdadera función de este espacio, ser un lugar para la enseñanza y la investigación científica. Este recinto se comenzó a poblar de profesores y estudiantes entusiastas, pero también de árboles y plantas, nativas y exóticas, animales de granja, aves e insectos que dieron vida a este recinto bajo la dirección de la Sociedad Nacional de Agricultura. El científico Claudio Gay hizo uno de los aportes más importantes a este espacio, catalogando su flora y fauna, y a su vez introduciendo nuevas especies para la investigación. En 1875 Chile fue el anfitrión de la Gran Exposición Internacional, un símbolo de modernidad en la que participaron más de 20 países de toda América y de Europa, y que tenía el fin de difundir entre el público chileno los últimos avances científicos y tecnológicos en el mundo. El Parque Quinta Normal, el gran orgullo de la ciudad en ese entonces, fue el lugar elegido para desarrollarla. En 1876 se traslada hasta la Quinta Normal el Museo de Historia Natural; luego en 1887 se establece en el edificio conocido como Partenón (hoy Museo de Ciencias y Tecnología), el Museo de Bellas Artes, el Instituto Agronómico y el Edificio de Enología de la Universidad de Chile. Se construye además en este mismo sitio un restaurante, un jardín botánico, la primera cancha de tenis de Santiago, una piscina pública y la laguna. En 1893 se instala en el sector el Pabellón París, estructura metálica desarmable, que había servido de Pabellón chileno para la Exposición Internacional de París en 1889. En este lugar estuvo también el primer zoológico, el mismo que se encuentra hoy en el Parque Metropolitano. Con todos estos atractivos y una elite en busca de pasatiempos, era lógico que rápidamente la Quinta Normal de Agricultura se convirtiera en uno de los paseos públicos preferidos por los santiaguinos. Sin embargo, la gloria duró poco, pues la elite comienza a moverse al oriente y algunos de los terrenos de la Quinta Normal son expropiados. La Quinta Normal, está actualmente dentro del espacio urbano de la ciudad, se caracteriza por ser un área verde tradicional de Santiago y posee dentro de él diferentes instalaciones dedicadas a la cultura, educación y recreación. Su mayor mérito reside precisamente en constituirse en un parque donde convive el verde con lo construido.