[ Palacio de la Real Audiencia ]

En el año 1609 la Real Audiencia, el Máximo Tribunal de Justicia, se establece y para ello se construye un edificio. Destruido por terremotos, finalmente el arquitecto ingeniero Juan José de Goycolea y Zañartu, considerado el mejor discípulo de Joaquín Toesca, construyó un edificio de estilo neoclásico en albañilería de ladrillo. Los trabajos comenzaron en 1804 y concluyeron en 1808. Fue el gobernador Luis Muñoz de Guzmán – difusor de las ideas de la Ilustración – quien promovió la construcción de este edificio bajo el nombre de Palacio de la Real Audiencia, con el fin de que la vida política y administrativa de la Capitanía General de Chile tuviera una sede digna. Esta obra se alzó dominando una ciudad baja, conformada por grandes patios y murallones de adobe que sólo tenían un piso de altura en su mayoría. El inmueble nació en una época de cambios. Apenas se instalaron los poderosos y solemnes oidores de la Real Audiencia, la Independencia ya se asomaba en el horizonte. Aquí abdicó el gobernador García Carrasco, y en las mismas salas coronadas hasta hoy con vigas de ciprés, se designó al presidente de la Primera Junta de Gobierno, Mateo de Toro y Zambrano. A su vez, en la misma zona que aún conserva vigas con canes completos, sesionó el Primer Congreso Nacional. Así, por varias décadas, este lugar fue escenario del poder de la nueva República. El inmueble se convirtió en la casa de gobierno hasta el año 1845. De ahí en adelante, el edificio continuó con su función pública, transformándose por ejemplo, en la sede de la Intendencia de Santiago y luego en la oficina de Correos y Telégrafos hasta 1978. Ya en manos del Museo Histórico Nacional, entre los años 1978 y 1982 este importante edificio fue restaurado y acondicionado para albergar las colecciones histórico – patrimoniales.