[ Casa Patronal Quilapilún ]

En el siglo XVII, la merced de Quilapilún, hacienda de secano, limitaba con las haciendas de Chacabuco, Polpaico y Huechún. En el transcurso del siglo XVIII se desprenden de la propiedad original varios terrenos, y ya para el siglo XIX, Quilapilún contaba con cerca de 5 mil hectáreas. La casa patronal data de la primera mitad del siglo XIX. Si bien la extensión de los corredores del inmueble define, como en otras haciendas, la prestancia de la casa, su elemento descollante lo constituye el mirador construido sobre el zaguán. Introducidos en el siglo XIX, estos miradores, apartados por su esquema frontal, del adobe y la teja se construyen en madera, para no recargar el muro del zaguán. En la hacienda se levanta, sobre un dado cuadrado de muros de tabiquería, un templete grecorromano de ocho columnas, de capitel dórico dispuesto en un octágono, cubierto por un techo curvo de ocho paños de tejuelas.