[ Estación del Ferrocarril Alameda ]

En el año 1857 se da término a la construcción de la primera Estación Central. Culmina a su vez, el primer tramo de la línea que unió en ese entonces Santiago y San Bernardo. La estación estaba conformada por dos alargados cuerpos de edificios de ladrillo de un piso, separados por los cuatro andenes y rodeados, en tres de sus costados, por una arquería de madera. Estos edificios alojaban las boleterías, las salas de espera y oficinas y bodegas de la empresa. El 4 de enero de 1884 se crea por Ley la Empresa de Ferrocarriles del Estado, cuyo primer director recomienda la construcción en Santiago de una nueva estación terminal. Las obras no demoraron en comenzar, y se conservará de la primera estación los andenes mientras que a la cubierta original se le antepondrán dos bóvedas metálicas. Este trabajo le fue encargado a la firma Schneider y Cía. de le Creusot, Francia. Los 16 marcos o arcos que forman la bóveda rematan en un decorativo arco frontal que sostiene en su cúspide un reloj flanqueado de dos grifos. Iniciado en 1897, el montaje de esta estructura finalizó en 1900: ‘tenía 158 metros de largo por 48 metros de ancho y 25 de alto’. La prensa de la época no dudó en recomendar que la estación fuera visitada especialmente por aquellos que se interesaban de sobremanera en los trabajos que la industria del hierro y la ingeniería venían realizando en esos años. A su vez, destacaron el sistema de vidrios opacos que se utilizó en la techumbre, el que le aportaba gran claridad al espectador. De la primera estación la segunda conservó los dos cuerpos laterales, los cuales junto a la estructura metálica, conforman la Estación Central de Ferrocarriles actual, cerrada hacia la Alameda desde el año 1900 por una gran reja. Por otro lado, todo un barrio se desarrolló alrededor de la Estación; un barrio que creció aparte de la ciudad. Así, tras el temor inicial que generaron estas máquinas vino la admiración por aquello que se percibía símbolo de la marcha inexorable del progreso. El barrio de la estación adquirió un carácter y tráfico propio de un terminal de trenes; acompañada al oriente y al poniente por edificios homogéneos, de dos y tres pisos de comienzos del siglo XX, la estación enfrenta el gran espacio abierto de la plaza argentina, que contribuye a destacar su presencia. Hacia la década de 1980 las naves laterales de la estación son recicladas para su nuevo uso comercial.