[ Ciudad de Cartagena ]

El Balneario de Cartagena debe su nombre al Capitán Juan de Cartagena, quien fuera propietario de la hacienda San Antonio hacia 1615. A fines del siglo pasado, la aristocracia capitalina convierte a este lugar en su balneario de descanso, siguiendo las tendencias europeas que implantaban el nuevo concepto de ocio y tiempo libre, ligado a los deportes y la idea de encontrar y mantener la salud junto al mar. Entre otros tienen propiedades allí las familias de Abdón Cifuentes, Pedro Fernández Concha, Enrique Morandé, Agripina Labbé, Filomena Mackenna viuda de Valdés, Juan Domingo Dávila Ossa, Severo Undurraga, Luis Calvo Mackenna, Próspero Ovalle, Domingo Santa Cruz, José Pedro Alessandri, Joaquín Luco, Julia Altamirano de Alessandri. En 1906 se instaura la comuna. Antes de habilitarse el tren, el viaje desde la capital demoraba dos días, pasando la noche en Melipilla. En 1921, llega en definitiva el tren, y el crecimiento del balneario sigue en auge. Junto con el tren llega además la luz eléctrica y se construye el primer pozo de agua potable. En este mismo período los regimientos “Buin” “Tacna” y “Pudeto” se dedican a la construcción de la Terraza de la Playa Chica, que se extiende hasta la Virgen de Los Suspiros. Había gran nivel de refinamiento, siendo casi la totalidad de las construcciones importadas: los Chalets se traían prefabricados desde Francia, mientras que los sanitarios son ingleses, los pisos de roble americano, etc. A pesar de las diferentes expresiones formales, predominó la presencia dos tipologías de casas: la aislada tipo villa y la casa galería, dando gran unicidad y carácter al balneario. La llegada del tren, trajo consigo, a un público mucho mayor, comenzando así a producirse un cambio en el carácter de Cartagena, que poco a poco se torna más popular. Hacia las décadas de 1940 y 1950 las familias adineradas fueron migrando a otras playas más tranquilas y exclusivas, arrendando o vendiendo las casas, que en su mayoría fueron transformadas para servicios o residenciales. Actualmente se pueden apreciar reminiscencias de su origen, con la supervivencia de algunas de estas antiguas mansiones de verano.