[ Palacio de Bellas Artes ]

El Palacio de Bellas Artes es uno de los tantos edificios y proyectos que vieron la luz con motivo de la celebración del Centenario de la República. Si bien la fundación del Museo de Bellas Artes ocurrió el 18 de septiembre de 1880, sólo tuvo un espacio propio en 1910. El edificio fue concebido para albergar tanto al Museo, como a la Escuela de Bellas Artes. El proyectista del palacio fue el arquitecto Emilio Jécquier, ganador del concurso auspiciado en 1902 por el Ministerio de Industrias y Obras Públicas. Jécquier concibió esta obra dentro del estilo neoclásico, con la incorporación de elementos propios del Art Nouveau, pero en una versión muy lograda del academicismo francés. El edificio se emplaza en el Parque Forestal, cuyos terrenos fueron obtenidos gracias a la canalización del cauce del Río Mapocho en 1888. La construcción demoró 5 años y fue realizada por el Ministro de Industrias y Obras Públicas, empleándose materiales de buena calidad y técnicas constructivas apropiadas. El 21 de Septiembre de 1910, el entonces Vice-Presidente de la República don Emiliano Figueroa, lo inauguró solemnemente. El Palacio está compuesto de tres volúmenes; dos mayores unidos a eje por un cuerpo menor. El Museo ocuparía el cuerpo mayor oriente y el de unión, en tanto que el cuerpo poniente fue destinado a Escuela de Bellas Artes. En el volumen oriente y el más importante de los tres, los recintos se desarrollan en torno a un hall central cubierto con una cúpula vidriada, armada en estructura metálica procedente de Bélgica. Del mismo modo, el segundo piso se vierte hacia el espacio central a través de un pasillo volado. Este mismo esquema se repite en el cuerpo poniente. El hall central de este volumen, techado a dos faldones vidriados, sigue el eje longitudinal del cuerpo. Las fachadas del Palacio se caracterizan por su homogeneidad y por la abundancia de su decoración, siendo más rica la del cuerpo principal que corresponde al Museo. La magnificencia de las dos entradas al Palacio obedece a la intención del arquitecto de crear en dos extremos, un centro de interés. El acceso al Museo de Bellas Artes se distingue por su escalinata, los dos pares de altas columnas, el techo cúpula de pabellón y el tema alegórico del escultor Guillermo Córdoba. En el acceso poniente que corresponde actualmente a la entrada del Museo de Arte Contemporáneo una terraza a manera de atrio elevado, al que se accede por dos escaleras laterales, precede un pórtico de elevadas columnas y frontón recto. Las decoraciones interiores de las salas del Museo fueron ejecutadas por Courtois Bonnancontre y los jardines que rodean el Palacio son obras del paisajista francés George Dubois, diseñador también del Parque Forestal.