[ Ciudad de Antofagasta ]

La ciudad pasó de ser una caleta de pescadores, donde además se extraía guano, a convertirse en el mayor centro de operaciones durante la época del salitre. A mediados del siglo XIX, José Santos Ossa obtiene del gobierno boliviano un permiso personal para explotar salitres tierras abajo de Cobija, ubicada a poco más de 100 kilómetros al norte de lo que hoy es Antofagasta. Este explorador comenzó a descubrir el salitre en los alrededores de la bahía de Antofagasta, que para ese entonces era apenas una pequeña caleta de pescadores que recibía hombres y mujeres que venían a formar parte de la pujante industria salitrera que recién comenzaba a formarse. La pequeña caleta fue bautizada con el nombre de “Peñablanca”, según los registros bolivianos de aquella época. Recién en 1871 fue bautizada como “Antofagasta” en alusión a Antofagasta de la Sierra (hoy, Argentina), que era una pequeña ciudad boliviana que todos los años atraía peregrinaciones de todo Bolivia en torno a su virgen. En 1872 se fundó la municipalidad y la ciudad comenzó a crecer notablemente multiplicando su población. En 1879 comienza la Guerra del Pacífico y la ciudad es ocupada por el ejército chileno y pasa, una vez terminada la guerra, a ser reconocida oficialmente como territorio de Chile. El centro histórico de Antofagasta corresponde a un grupo de importantes edificios para la historia de Antofagasta, por esto, la mayoría de ellos es Monumento histórico nacional. La importancia del sector del centro histórico radica en la conjugación de edificios privados y públicos, y mobiliario, relacionados al ciclo del salitre en la ciudad. Presentan, en su mayoría, una arquitectura influenciada por la inmigración inglesa. Destacan las instalaciones salitreras del Muelle Clark, la Torre Reloj, y la Catedral en la Plaza Colón, El Edificio de Bomberos y el de Servicios Públicos. Todos ellos ubicados en un sector donde se conjuga el uso de las instalaciones para embarque y comercio del salitre con edificios y equipamiento urbano de carácter público, que dan cuenta del auge experimentado por la ciudad.